El café es una bebida conocida en todo el mundo, de descubrimiento relativamente reciente -los primeros datos que se conocen son de alrededor del siglo XV-, tiene su origen en África, más precisamente en Etiopía y más específicamente en la provincia de Kaffa, de ahí el nombre “café”.
Según la tradición, el pastor Kaldi se percató de efectos energizantes en su rebaño de cabras luego que estas mordisquearan unas bayas rojas y brillantes de cierto arbusto –el cafeto-. El pastor llevó estas bayas a un sabio, donde por casualidad cayeron al fuego, emergiendo un atrayente aroma que ha conquistado a millones de personas hasta nuestros días.
Esa cultura nos enseña la familia de Bunna Cafetería, un rincón de África en el sur de América, en un bello paraje enclavado en la entrada del Cajón del Maipo, el que acaba de cumplir su tercer aniversario.
Una gran fiesta familiar y bailable fue el contexto de los festejos de este proyecto cultural, que si bien se cambió de casa desde otro lugar en el mismo sector, se mantiene como un referente de cultura negra y de cultura Rastafari, con diversas actividades musicales, gastronómicas o exposiciones a lo largo de estos años.
“Los tres años reflejan la fe en lo que estás haciendo, la confianza en la propuesta: Bunna Cafetería, proyecto cultural familiar, café, buena vibra, reggae”, dice Jordán, el anfitrión e impulsor de este proyecto.
La ceremonia del café, un verdadero rito de los etíopes a la hora de compartir esta bebida, siempre tiene un lugar muy especial en los eventos de Bunna –”café” en amárico, la lengua etíope- con la tradicional “jebena” -una especie de tetera de cerámica- al carbón para disfrutar del café como en el origen.
“Bunna es muy cercana a la gente. La gente me dice que se siente como en su casa”, destaca Jordán, quien añade que “yo les hablo de Etiopía, este es un café de Etiopía, Etiopía es la cuna de la humanidad”.
“La gente siempre se siente muy bien, se siente parte de la cultura. Si tuvimos un primer aniversario con 100 personas, el segundo fue con 200, hoy ya es con 300 o 400”, comenta el dueño de casa sobre el crecimiento de la cafetería.
Además valora que su público “empezó a empatizar mucho con Rastafari, mucho con la vibra del Rasta, da la bendiciones y se van impregnando de esta vibra”, porque “la gente quiere buena vibra, bendiciones, quiere buena energía, quiere buenos deseos, Bunna entrega eso. Ya hay un vocablo, ahora son ‘bunnitos’ días”, sonríe Jordán.
Bunna no es solo café, también se pueden probar otro tipo de delicias, como pizzas, sushis, dulces varios, y por ello es un excelente lugar para visitar y conocer, un lugar sinigual en su género.
“Bunna Cafetería, proyecto cultural familiar, café, buena vibra, reggae”, es el resumen de este lugar en palabras del propio anfitrión.